Enciclopedia jurídica

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Grandes potencias

Grandes potencias son aquellas que, dotadas de un territorio metropolitano o colonial mas o menos dilatado, dueñas de una población compacta y respaldadas en fuerzas militares poderosas, ha ejercido sobre parte del mundo una influencia política o económica considerable. Tales fueron, desde el siglo XIX en que imperó una situación internacional propicia a su desarrollo, alternativa o simultáneamente, Rusia, Alemania, Austria-Hungría, gran Bretaña, Francia, Italia, Estados Unidos y Japón.

Valiéndose generalmente de la fuerza, las grandes potencias ha podido desenvolver una política internacional definitiva, constante y uniforme. Las pequeñas han debido supeditar la suya, en cambio, a los intereses de aquellas.

Resulta así un imperativo categórico, por parte de cada estado, el desenvolvimiento en lo posible de la política internacional mas ajustada a los intereses y aspiraciones nacionales. Notable fijeza

han revelado, en la orientación ciertas grandes potencias como gran
Bretaña y Rusia, y aun algunas otras como Brasil.

Las grandes potencias han establecido, desde fines del siglo XIX, una forma de obrar que caracterizó, a través de la consecución de un determinado objetivo, a su diplomacia. Gran Bretaña siempre mantiene la del equilibrio europeo para proteger la libertad de sus comunicaciones con su imperio ultramarino, para lo cual requiere una escuadra tan poderosa como las de sus dos mayores enemigos potenciales, excepto Estados unidos. Alemania, lograda su unificación política, se nutre en una doctrina militarista y en la filosofía de una superioridad racial para intentar la dominación del mundo.

Francia, atemorizada por ese vecino, sostiene un fuerte Ejército y siempre ansia fórmulas de seguridad colectiva o garantía, además del desarrollo de su imperio colonial; Italia, después de alcanzar su unificación política, trata de hacer cotizar su situación internacional por grupos de países rivales para obtener mayores ventajas. Rusia se erigió, mediante el paneslavismo, en protectora de los países balcanicos intentando establecerse en Constantinopla e inicio la marcha hacia los mares calientes del Extremo Oriente. Estados unidos, afirma, en virtud de un destino manifiesto, su hegemonía sobre el continente americano y mantiene supremacía naval en ambos océanos facilitada por la apertura del canal de Panamá. Japón, convertido en gran potencia por sus victorias sobre China, Rusia y Corea, se expande en Asia continental para imponer en ella, hasta su derrota en 1945, un nuevo orden.

La nueva posguerra que vivimos ha resultado el más trágico interlapso entre una y otra gran guerra mundial. La que terminó en
1945 y la que puede iniciarse sorpresivamente en cualquiera de los días venideros. La divergencia ideológica y política entre dos grandes grupos de potencias, las orientales y las occidentales-mejor dicho la URSS y Estados unidos-, motiva un estado de vigilia
armada que provoca una angustiosa tensión internacional. Cada una de estas potencias ha organizado sucesivamente, bajo la apariencia de sistemas jurídicos defensivos, sus respectivas posiciones militares para cuando el caso llegue. Pactos y contrapactos se han ido sucediendo paulatinamente hasta la organización de los sistemas actuales. El mundo entero- prácticamente hablando- esta engranado dentro de un mecanismo jurídico que no podrá eludir en caso de un futuro conflicto.

Contrasta esto con la coexistencia de la ONU, entidad que fue establecida, en lo fundamental, con objeto de "preservar a la generaciones futuras del flagelo de la guerra" y no reincidir sobre todo, en los errores atribuidos a la sdn que no pudo impedirla. Se le ha dado, para ello, con el Comité de Estado mayor, la fuerza compulsoria necesaria y, con la creación del derecho de veto, la seguridad de que acción alguna en ese sentido pueda afectar los intereses de cualquiera de los cinco grandes. A primera vista, basada en un realismo innegable, la fórmula parece ideal. Y hasta los mismos tropiezos y dificultades puestos espectacularmente de manifiesto en las disensiones de aquellos, aparentarian robustecer el alcance de las soluciones halladas con tanta laboriosidad.

No se sabe, tampoco, hasta cuando podrán imperar las colusiones de compromiso que adopte el Consejo de seguridad.

En su dilucidación, éstas han revelado una absoluta falta de solidaridad entre los vencedores de ayer. Reina en el mundo escepticismo acerca del porvenir de la organización internacional.

Alegan las potencias occidentales que jamás tendrán una paz sincera con la Unión soviética, que esta permanentemente entregada a la preparación de la guerra contra los estados capitalistas.

Otro tanto, dice la URSS de Estados unidos, país que desencadenaría contra aquella una guerra preventiva.

La política exterior de la URSS -afirman las potencias occidentales es una sola y única desde Lenin hasta malenkov, pasando por Trotsky y Stalin.

Sus aparentes contradicciones a través del tiempo no son sino manifestaciones del mayor o menor poder circunstancial de la URSS para llevar a cabo sus empresas internacionales. Interviene en la organización de la ONU, y hasta discute con ahínco sus
resoluciones para ir ganando tiempo. Dicen que le sirve de disfraz a los objetivos de su política. Tiene aliados dóciles y fervorosos en los partidos comunistas de las naciones occidentales que, reconocidos legalmente por los gobiernos democráticos, ofician de quintacolumnas para preparar el advenimiento del credo marxista. Las potencias orientales, por su parte, no han escatimado adjetivos

para calificar la política, que reputan bélica, de las potencias occidentales.

Las dos grandes potencias, principalmente, que subsisten desde la terminación de la segunda guerra mundial, son Rusia y ee.Uu., Que hoy se disputan la hegemonía en la dirección del universo en su más amplio sentido, ya que aspiran no sólo al dominio de la tierra sino también al del espacio interplanetario.

En la actualidad también China pretende asumir la categoría de gran potencia y mantener acercamientos o enfrentamientos con EE.UU. Y con la URSS en ese nivel. Japón, que había eliminado el Ejército regular y los armamentos, ha dado un giro en redondo en fecha reciente anunciando su decisión de rearmarse.


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